Biodiversidad de plantas medicinales y servicios ecosistémicos
La historia del ser humano está íntimamente ligada al mundo vegetal. Los miembros de las sociedades primitivas han tenido que depender de las plantas de su entorno para sobrevivir.
Durante muchos milenios, a través de la curiosidad y la experimentación, han adquirido un conocimiento extraordinario sobre las propiedades y usos de las plantas, ya sea como alimento, ropa, refugio, transporte, para mejorar las herramientas y las técnicas de caza, o incluso para protegerse de la adversidad. Los beneficios que recibimos de nuestros ecosistemas de forma natural o mediante su gestión se denominan servicios ecosistémicos.
La ciencia que estudia la relación entre los seres humanos y las plantas es la etnobotánica, cuyos tres objetivos principales son:
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Contribuir al conocimiento de la diversidad vegetal, entendiendo que el conocimiento sobre los usos, aplicaciones y manejo de los recursos naturales es una parte inseparable del conocimiento general sobre la propia diversidad biológica.
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Contribuir al inventario y la difusión de la diversidad cultural. Con el desarrollo industrial y el abandono de la vida y las prácticas rurales, se pierde una cultura ancestral, que es propia de cada pueblo. El distanciamiento progresivo de la naturaleza, o parte de ella al menos, conduce inevitablemente a la pérdida y el olvido de los nombres y usos de las plantas.
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Los estudios etnobotánicos son una fuente de información a tener en cuenta al seleccionar plantas para futuros estudios fitoquímicos y farmacológicos. Los productos naturales aislados de plantas han proporcionado fármacos clínicamente activos a lo largo del tiempo. Por otro lado, en la actualidad, estamos presenciando un renovado interés en plantas medicinales y productos naturales.
Varios investigadores de BIOMA trabajan en el campo de la etnobotánica para tratar de establecer el potencial terapéutico de muchas de estas plantas como antioxidantes, agentes anticolinesterasa, antidiabéticos o antifúngicos importantes. Los extractos resultantes obtenidos de las plantas se utilizan para prevenir, atenuar y curar enfermedades, así como para su incorporación a los alimentos (alimentos funcionales). Por lo tanto, esta línea de investigación tiene como objetivo mejorar el conocimiento basado en los servicios ecosistémicos y estimular la integración de este conocimiento en la mejora del bienestar humano.